Con el frío siempre apetece recetas idóneas para estar «calentitos» en casa. Procuramos, en esta estación de año, las recetas de cuchara.

Son los caldos, guisos, cremas y potajes los platos principales en muchas de las mesas de nuestros hogares que hacen de alguna manera olvidar esos momentos de bajas temperaturas que nos toca vivir.

Este tipo de recetas son también super saludables y pueden tener un efecto muy nutritivo según los ingredientes que usemos.

Podemos hacer sopas muy digestivas con una buena base de verduras y hortalizas frescas. Caldos alcalinos con efecto pre o probióticos.

Estas recetas son ideales para mantener la hidratación de nuestro cuerpo y es un buen método para eliminar toxinas o para compensar alguna de nuestras comidas después de tener ingesta muy excesivas como puede suceder en las comidas de Navidad.

Puede ser una forma de introducir alimentos milagrosos como el miso, del que hablaremos en recetas futuras…….

Pero en este post quiero despertar de alguna forma las papilas gustativas que tienes un poco dormidas en tu sentido del gusto. Quiero ofrecerte la oportunidad de que gracias a esta receta saltes de alegría al descubrir nuevos ingredientes, texturas y  deliciosos sabores.

Si te digo la verdad, esta receta surgió de la nada!!!. Miré en la despensa y en la nevera y por arte magia se cocino esta rica receta. Me encanta cuando sucede cosas así……..